MAMA CARLOTA
Por
Gilberto Rodriguez
Rugían como leones y peleaban como gigantes
Con unos simples machetes,
Se movían como cohetes
Eran machos, si, muy machos
Y morían o ganaban la guerra, así eran de galantes.
Pero mi abuelo cayó.
Tres balas lo atravesaron
De unos amigos queridos
Que Por traidores vendidos
A mi padre niño
Huérfano lo dejó.
Con tres niño mi abuela,
Isabel, que así se llama,
Para Isabela corrió
Y para darme otra abuela
Una negra se encontró
Carlota llaman la negra
MAMA CARLOTA
Mi padre siempre la llamó;
Mama Carlota le llamo yo.
Era una negra “bolita”
De zapatos nunca usar;
Negra como el azabache
De lo profundo del mar.
A mi padre amamantó con la leche de sus pechos
Y nunca lo abandonó,
Vivian bajo el mismo techo.
ESCLAVA NEGRA HABIA SIDO
La negra Mamá Carlota
Yo siempre, siempre he sabido
Como esa negra no ha habido
Ni nunca habrá otra.
Fuimos sus hijos y nietos porque a mi padre
De sus pechos lo nutrió,
Y nosotros mucho nos dio
Aunque solo hablaba en congo
Cocimiento pa’ la tos
“labaos” pa´’ la barriga
“pasao e mano pal “empacho”
Y nos “traqueaba” la espalda.
Hoy Dios la tiene muy alta
En lo más alto del cielo
Nunca cometió una falta
Vivió dándonos a todos
Como podía, ya viejecita a su modo
Los cuidados que su cuerpo necesita ya vieja
Mamá Carlota fue esclava
De los blancos una vez
Y más tarde
-Vida entera-
Fue madre, fue soltera,
Fue maestra y cocinera
Fue un santa
Y yo quisiera
Que en el cielo me la cuiden
Como cuidó ella
Con una mirada bella
Apasionada y silente
A nosotros, blanca gente
Para los que fue su amor,
Y al marcharse fue el dolor
De sus hijos y sus nietos
Cuando sus ojos quedaron quietos
De llanto le di mis gotas
Siendo el mayor de los nieto
Yo que la adoraba
Aquella negra esclava
Que vivió
Y murió sin queja
Tal como trabajaba
Así murió
Quien mi familia y yo llamaba
Aquella negra congolesa esclava
NUESTRA QUERIDA, DE TODA LA VIDA
MAMA CARLOTA
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