sábado, 26 de diciembre de 2009

LA ISLA DE SAN SI TE SALVAS

LA ISLA DE SAN SI TE SALVAS

La Isla De San Si Te Salvas by Don Gilberto


LA ISLA DE SAN SI TE SALVAS





--- En isabeladesagua@yahoogroups.com, Gilberto Rodriguez escribió:



Cuando salí del agua, luego que mi pie derecho tocara el arena del fondo enmedio de las candelillas verdes causadas por los movimientos de mi cuerpo atono con las jaibas que me huian y los pececillos en las cercanias,mis músculos

estaban casi agotados y, al no ser por las ánsias de vivir se hubieran hundido hace horas ya, rendidos de tanto nadar.



Me adelanto a paso tembloroso sobre el arena mientras de mi boca y narices pujaban por

escapar chorros de agua, saliva é hiel. Si, hiel

que el sistema interno se rebela y ataca cuando lo fastidian demasiado. Un poco de tos surtia

también. Pero, ¡que diantres, estoy en tierra!.... y estoy respirando.



Creo que debo estar vivo.



Mi tiré en el mojado suelo, en la arena. Rica que es la vida, a veces.

Me dormi, creo.



"Despierte, oiga, despierte, señor, está helado, pero el sol esta muy alto ya y usté ya lleva muchas horas durmiendo ahi en la arena."



''Nooo, debo haberme ahogado, no, no es verdad....estoy en tierra....y,...y una

mujer ahi parada delante de mi...la confusión tenia todo su poder echado sobre mi pobre cerebro enfebrecido. No, no puede ser, me repetia yo mismosin abrir la boca...



Mire, ahi mi papa le trajo una penca de areca, pa que la use de ropa... else fué a buscarle un algo caliente que beber. ¡Ropas! Otro despertar y más

rudo aún: yo estaba enteramente desnudo alli, acostado al sol sobre las

cálidas arenas, con aquella chica delante y yo como me parió mi madre. ¡Vergüenza!



No se preocupe, señor, mi padre sabe que usted naufragó, él y yo estábamos echando unos palangres cuando vimos a su barco perderse en la distancia, ó acaso hundirse. Y nos pasamos toda la noche buscando por si podiamos salvar

a alguno, pero no encontramos a nadie tampoco esta vez.



¿Y cuando me encontraron a mi aqui?.

Hace como... un buen rato.



Por favor, señorita, déjeme meterme en el agua y alli detrás de una mata hasta que vuelva su padre; yo le estoy agradecido pero...



Yo comprendo, señor; los de aqui sabemos vivir con la verdad y la realidad,

como siempre dice mi papá. Póngase esa penca de guano ahi pa que se parezca a Adán.



No pude menos que reirme. Vaya mujer esta chica, realista y hasta sabe de Adan...¿eh? ¿y de Eva, sabe tambien???? ¡Hummm!



Cuando el padre de mi salvadora regresaba, desde la distancia, al verlo, me parecia que todo aquello eran mentiras. No, me dije esto no puede ser; estoy soñando, ó, ó ¿es que acáso realmente me he ahogado y ya estoy aqui, en el otro mundo, en el cielo? ¡Hum! Y ahora es este el cielo, ó el paraiso, ó donde estan las

sirenas de Homero....?



¡En silencio comienzo a llamar a las puertas del Olimpo!



Se agolpan los pensamientos y se regodean los demonios en el pobre cerebro jugando, si, jugando a los escondidos. Diablos de la risa, no os escondáis, malvados, grito a voz en

cuello sin que mi anfitriona pueda oir un soplito de aire siquiera...y eso confirma mi duda, estoy en "el otro lado".. Miro hacia ella, huele a

pescado, la piel reseca y tostada por la salitre y el sol, pero, sin duda, es una mujer..No; mentiras, estoy desvariando, debo tener fiebre, si si; mi

piel echa candela. Cierro los ojos, no; no quiero mirar.



¿Que le pasa? hábleme, por favor, que me asusta cuando lo veo asi... la voz tierna y femenina me trajo de un tirón a la realidad.



Hombre, que pasa aqui. Estoy en una playa bellisima, bajo un sol que achicharra los huesos,

desnudo y de pie, con una penca de areca por ropaje y oyendo una voz de mujer. Santos demonios, como puede un hombre pensar en morirse precisamente ahora y aqui. Me sacudi un poco el arena, me limpie un poco los ojos mientras apenas atinaba a decirle, perdóneme, amiga, creo que he perdido la razón.



Pero mi asombro no temina alli. Sea el cielo o el infierno, uno de ellos me ha traido hasta aqui.



Claro, no me queda duda alguna. Y esta doncella tan serena ante la presencia

de una aparición de un hombre desnudo en la playa, que lo mira con ojos de santa y no de gente viva... No, mentiras, no estoy vivo. Esto es eso que dicen de tentacion, ó es que me quieren cobrar mis aventuras de faldas en la mar, en la tierra y en el puerto, o todo junto.



Oh, diablos, que ganas de salir corriendo, de huir, a ver si de nuevo me lanzo al mar y me voy por

donde mismo vine. Mi mente está al explotar. Sacudí la cabeza con tal furia que la chica medio que se asustó.



Ya, tenga calma buen hombre, ya por alli viene mi padre.



Yo creia que yo estaba de pie.



De pronto un fuerte brazo se mete por debajo de mi espalda y trata de levantarme, "Anda, marinero, que estás a salvo" Arriba, tomate este caldo caliente que eso te va hacer vivir, decia mientras ella acercaba un jarro a mi boca y el hombre me sostenia medio sentado, sobre parte de sus rodillas.



¿Donde estoy? Logré preguntar.



En tierra, a salvo, vivito y coleando. Anda, tómate el caldo, y aqui te traje una poca de ropas....



Ahora mismo, ya; grité sin dejarlo acabar de decir mas...



No, primero la sopa



Pero.......

Pero, no hay peros, mi hija es una persona llena de vida humana y criada en la realidad.



Ella y yo también como tú, llegamos a esta isla desierta después de, hace mucho, pero mucho tiempo, naufragar. De modo que bienvenido a "San Si Te Salvas."



No sé de qué me hablas.



Mi hija le puso nombre a esta playa, después de tener que vivir aqui, a solas con la naturaleza nos tuvimos que acostumbrar...



Pero ella me habla de Adán...



Y ya te hablará de historia, recuerdos y más...yo le he contado mil veces lo que sabia de ayer... cuando hasta aqui llegamos.



¿Hace cuanto tiempo de eso, de que llegaron ustedes aqui?



Hace con este sol de hoy, 8,032 soles y un fracatán de lunas.



Pero.....



No te preocupes ahora, ponte esa ropa de vegetales tejidos, que buena falta te hacen. Y si puedes caminar vamos hasta el salto allá arriba para que te quites la sal del cuerpo.



La cueva donde vivimos anda también por allá.



Padre e hija, tomándome de los brazos para que no me cayera, me ayudaron por el camino, hasta la hermosa cascada y me sambulli en una como fuente que la misma agua creara.



Luego me llevaron a su cueva.



Que ricuras de atmósfera fresca. Y me acosté a dormir.



No me despierten por favor, que ahora si quiero dormir, y con ella, soñar.



Después el mar cantará







Gilberto F. Rodriguez

©2009









Posted Apr 24 2009, 07:09 PM in TEMAS SOBRE MI TIERRA

viernes, 25 de diciembre de 2009

EL LIENDRAS

EL LIENDRAS




Por



Gilberto F. Rodriguez







Su agrandada barriguita saluda ante de llegar a la esquina; el dedo gordo una herida en su piecito derecho alimentaba a una colmena de moscas que se deleitaban en su alrededor, a lo que contribuia sin el menor esfuerzo Capitán. Aquel pobre perro cargado de peladuras y razgones por sobre todo su cuerpo era su amigo y compañero desde siempre, acurrucado en una bola o, mejor, convertido en un aro horizontal, lo esperaba a cada amanecer cerca de la puerta del desvencijado casucho de palma cana que les servia de hogar al "Liendras" y sus padres. El pobre animal no podia acercarse a la casa. Y si lo hacia solo lograba que el padre le diera un par de patadas por la barriga: "Anda, perro sasnoso, lárgate de aqui...." "Liendras, Liendras, muchacho, ¿cuantas veces te voy a tener que decir que no me traigas a ese cochino animal a la casa?"... Y seguia: "...¿Tu no ves que lo único que hace es comerse los mojones que cagan las gentes por ahi, por el platanar?"







"Tiene hambre el pobrecito..." -Lamentaba el niño, -no tiene qué comer..."



"...perro-e-mierda..." seguia rezongando el padre. "...no quiero volver a verlo por aqui, ya lo sabes..."







"Pobrecito, Papi, si él es bueno y es mi único amigo..."



"Amigo, amigo; los perros no son amigos nunca; amigos son los seres humanos, asi que búscate otro muchachito, como tú por amigo..."







` En verdad, el pobre chiquillo no tenia un solo amigo; la extremada pobreza de sus padres y el absoluto descuido que les era costumbre hacian de el muchachito un asco humano; andaba sucio, casi sin ropas, los cabellos sin cortar y los piojos bailandole sobre la negra cabellera hasta el puñento hacer muy poco deseable su compañia, pese a que era un niño a quien lo que le faltaba de higiena lo compensaba con sus nobles sentimientos. Pero asi es la vida.



La pobre criatura se echó a llorar aunque apenas se le oian lo sollozos.







"Vaya, Jacinto, deja al pobre muchacho, ya tiene bastante con el hambre y la misera que pasa. Tu sabes muy bien que los otros muchachos no quieren jugar con tu hijo; que le llaman nombretes, que lo escupen y le hacen burlas; que en la escuela la maestra no lo quiere hasta que se ponga ropa limpia y se bañe to-lojdiaj...."







"ropa limpia, ropa limpia... ¿con qué dinero se la bamo a comprar, si con lo que gano no alcansamoj ni pa comer?"



"Lo se, no te ejtoy reclamando..."







Lucilo, el cantinero era quien limpiaba los cristales de las vidrieras exteriores del Hotel de La Bahia y siempre tenia que trabajar extra espantando a perros y chicos que se arrimaban a los refrigerados cristales para mirar con desesperada energia los manjares que alli dentro eran depositados para exhibirlos al cliente. Muchas veces habia visto al Liendras merodeando por alli, o arrimado a las vidrieras con la sucia carita recostada al frio cristal del mostrador. Una veces lo espantaba, otras le hacia un gesto con la mano y la servilleta para que se alejara de alli. El pobre Liendras era una pobre estatua plantada junto a las langostas, el caviar y las morcillas que se exhibian alli. Solia espantar a los comenzales...decian.



Recuerdo el tango que lloraba:







"Vieja milonga, farra corrida, y a la salida, de la milonga, llora una nena, pidiendo pan..."







Tiemblan mis dedos sobre el teclado al recordar los muchos "liendras" que mis ojos han visto, que mil avasalladores recuerdos de tantos puertos y seres me presentan en la pantalla oscura de mi propio vivir. No hay luz en el camino; solo hay dolor.







Millares de recuerdos llamados por la churre de su cuerpo o el olor de sus miserias transitan por el mundo, olvidados del tiempo, del hombre y hasta de Dios, si es que lo hay.







Si un hombre harapiento se cruza en la carretera con nuestro auto y nos pide le llevemos hasta el pueblo distante, los mas no lo escuchamos: "Sucio, delincuente, hippy, atorrante, ladrón disfrazado de oveja???, -pensamos. Y dejamos que camine. Que cargue su cruz, que su cruz es suya y no mias; que se compre un coche, como me lo he comprado yo..."







Y el mártir de El Monte de El Calvario sigue con la cruz a cuestas, pese a que hace apenas un rato salimos del templo y le ofrecimos limosna. Pero la cruz sigue sobre sus hombros, mi coche está limpio y perfumado.







Cargado con una bandeja inmensa llena de manjares para servir a los comensales del Yacht Club que se reunian para su Almuerzo Anual de La Sociedad de Los Amigos Del Mar, Lucilo pudo ver al Liendras una vez mas recostado a vidriera de el frente del Comedor. Absorto en su destino, sus ojitos fijos en los comestibles que aunque estando tan cerca le eran denegados por ese muro invisible de el cristal y la ley de los hombres -(¡Oh, no; de esas cosas la pobre criatura no podia saber!)- El Liendras lamia la pared de vidrio y se saboreaba en sus adentros.



Su perro lo copiaba; Capitán lamió tambien. Lucilo sintió que un mundo se derriscaba por el desfiladero de sus dias de vida, como se derraman las aguas cuando la lluvia afloja las tierras en lo alto de la montaña y no tuvo valor esta vez de espantarlos.











Pero la vida es cruel. En una mesa cercana a la puerta de el frente del restaurante un emperifollada señora almorzaba junto a su hijito de aproximadamente la misma edad de el Liendras. A ese chico parece que le gustabana los perros:







"Mira, Mamy, ese chico tiene un perro..."







"Un asco, es lo que tiene..."







"Pero, ¿ por qué si hasta ese pobrecito puede tener un perrito, porque no puedo yo tener uno tambien?"







"Por que yo no te voy a permitir traer a la casa un perro asqueroso y que te conviertas en un harapiento como ese, ese es porqué...Y ya no me molestes mas con lo del perro...y además, a tu padre no le gustan los perros...YA.







En su plato quedaba un muslo de pollo que no se pudo comer, porque le habian servido demasiado comida y, aprovechando que la madre se excusara para ir empolvarse la nariz, el chiquillo lo toma con su mano y corre hasta el exterior del restaurante y se lo pone en la nariz al desmelenado perro... mientras que le pasa la mano por la cabeza con un gesto de ternura.







Capitán mordió con prisa, pero sin perder su innata nobleza, lo hizo con el borde de los labios, para no morder la mano que lo alimentaba.



Al Liendras, que al momento estaba semimuerto de hambre, los ojos se le saltaban de puro egoismo y amor, la boca comienza a llenarse de agua al ver el muslo de pollo, primero en la mano de el chico y luego en la boca de el perro... Pero Dios hace milagros aunque se parezcan a la discusion de los perros italianos, el uno genovés y el otro un "frachesco". Al sentir la mano generosa sobre sus sucia cabeza, el perro puso, a pesar del hambre que tenia, el muslo de pollo en el suelo y lamiá la grasa que quedaba en la mano amiga de aquél chico generoso. Aquí álguien es el mejor amigo...







El Liendras, de un salto le echa manos al muslo de pollo que ahora descansaba en el piso, alejado de todas las gargantas alli reunidas en su festin de "placer". ....







"Pedrito, Pedrito...." La madre de el bondadoso muchachito, entre asustada y pruritos sociales, buscaba al muchacho.







Allá ella con sus cotejos; el muslo de pollo vino del cielo.



El Liendras le pega un mordizco al manjar mientras Capitán lo mira, medio celoso, medio triste y aun le quedaban sentimientos, parece, para sentirse satisfecho por la alegria de su amigo, El Liendras. Se miraron a los ojos. Perro y chico en uno como abrazo de hermanos, el uno sin pronunciar palabra, el otro sin emitir ladrido. El muslo de pollo cae al suelo. Los dos se miran sin que ninguno trate de saltar y hacerle trampa al otro....







Asi pasan los segundos...tal vez minutos, mientras la madre se lleva a su generoso Pedrito, casi arrastro, rezongando y molesta.







Luego, el Liendras recoge el pedazo de pollo frito, le arranca un mordizco y le pasa la mayor parte a Capitán, -¡Santos cielos, voto por que nazcan hombres como este perro!- y este lo toma entre sus dientes y se lo acerca a la mano derecha de El Liendras otra vez.



Vaya y hable usted de amistad.







Lucilo, el camarero, observando a cada vez que se cruzaba su vista con el noble espectáculo que acababa de presenciar se hizo a si mismo una promesa...







Y conservó en silencio.







"Desde hoy, aunque la tenga que robar de aqui, a esos dos les doy de comer yo."







"Oye, Liendras, ven acá piojosito", -llamó; - "...hijo, desde hoy no te arrimes a la vidriera. Tu vas y me esperas a la salida de atrás, por el patio, que yo te voy a dar de comer..."







El Liendras no pudo hablar...solo lloró; mientras que Capitán le lamía las manos embarradas de grasa de pollo.







©Grf 2008

domingo, 20 de diciembre de 2009

NO, NO ME MIRES MAS

NO ME MIRES MAS....


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No, no me mires ya;

yo solo soy la incoherente parodia

de un poema sin luz...



No mires hacia mi

este yo mio no es mas

no lo salvas ni tu



Eso que pasa ahi delante

no es mas que una sombra;

derelicto del cielo,

canal ya sin aguas, liebre sin salto

teatro sin obra...



Por distancias sin ropas

me dieron la brisa

y por mis vidas variadas

me dieron camisa....



Mas, rasgadas mis ropas

no alcancé la aurora

que tuve en mis manos

cargadas historias,

de amigos, de hermanos...



Todo es nada, las horas se alejan.

Por el aire ya cantan

las alegres gaviotas

las que un dia me vieron

navegando a mil velas.



No; no soy yo quien te canta

es la brisa y tus sueños

que se unen de nuevo

en tu propia garganta



No trates de verme a la luz del quinqué

es el sol que se nubla

sin decirme el por qué,

ni mandarme mas lluvia.



No es de mirar mi paso

no existo, dejo de ser,

soy tal vez, solo un payaso

una espuma

un no se qué

si me buscas

no me encuentras, una,

porque he dejado de ser

dos, no soy yo, soy un papel.



Mil siglos he caminado

para llegar hasta ti

ahora que estoy justo aqui

ansiando estar a to lado

soy el aire, soy la espuma,

soy el humo que se esfuma

y el aroma que no fui.



No mires para esta lado

deja al fantasma pasar

y si el amor por porfiado

volver a mirar

demanda;

por favor, camina, anda

por la otra callecita

y dile a tu cabecita

que no, no, que no vistes nada...



del que pudo ser bueno

y se muere sin voz.


Edited by Don Gilberto, Nov 29 2009, 06:55 PM.

DonGilberto

sábado, 19 de diciembre de 2009

YO NUNCA FUI NIÑO, No tuve navidad

EL VIENTO SE DETUVO EN MI VENTANA.




Un dulce perfume de azucenas y mariposas

se colaba entre las rejas y llegaba ténue hasta mis sienes....

Acercándome al cristal miré hacia afuera buscando

no se qué. La mente a veces viaja sin rumbo y sin pincel, y al deandar; no se imagina el camino, no sabe pintar el pastel...que ha de colgar en el museo de sus recuerdos.

Llovia en la distancia. Yo estaba muy lejos.



Absolvido por si mismo mi cerebro no giraba, el compás de las horas sin rumbo se detenia como nave sin motor en medio de una ola de verano en medio del Atlántico, que le eleva y le deposita a cada paso sobre la hondonada que mece, se retira, acuna, eleva, y al final mima sus cuitas con una gaviota pasajera. No se yo quien hizo el verano, ni la lluvia ni tampoco quién creó su primer beso. Y el tic tac del reloj llama al pasado.ese pasado que atravesando el presente nos impulsa adelante al tiempo que nos oculta en sus noches el futuro.

Vida y pasión, cieno del campo, agua es la vida, sal y arena la existencia. El todo es nada, no somo mas.



Pasan las horas; la brisa regresa arrullando los balcones de las sierras con sus cantos engañosos de amores que se van, de labios que te llaman y hembras que danzan en la mente cual niebla que al pasar parece espesa, aunque de agua también están hechas.



Mis ojos de pronto chocaron con la relidad una calle transitada por hombres y mujeres que parecen movidos por resortes invisibles mientras exhiben sus oropeles y meten las manos en el bolsillo ajeno, por poder o seducción.



Rica vida esta. Miseria de guisasos disfrazados de rosal.

Vuelvo a la niñéz...¿Quié niñez? Yo no tuve niñez. No sé. Si acaso la tuve, no me enteré; nadie me lo dijo. Nunca lo supe. Siempre fuí yo. Tal como tantos lustros después, soy simplemente, yo.



Niñez. Creo que es lindo ser niño. Yo les adoro. Les miro y me parece que asisto al cine. Reyes Magos, Kris Kringle, Saint Nicholas, Noel, Santa Claus; nieves, venados, luces de colorinescos diseños... Navidad, Noche Buena... que bonito suenan esas cosas. Debe ser muy bonito ser niño en estas navidades... Pero yo no lo sé....



Yo nunca fuí niño.



Yo naci corriendo en un automóvil atascado en un camino real, en medio de la noche y bajo la lluvia. Mi primer baño me lo dieron con las descargas del cielo, frias y amantes aunque demasiadas para mi edad.



No fuí a la escuela hasta los siete años y solo por 28 dias....

Y cuando llegaban las navidades, con mis propias manos, una cuchilla y mucha paciencia, recogia las botellas de loza blancas de cuello amarillo que venian de Alemania cargando en sus vientres la famosa cerveza marca "T", igual que el automovil en que naci, que era un Ford modelo "T" del 21. Con esas botellas, enyugadas en parejas hacia los bueyes, luego una carreta de pedazos de madera que recogia de lo que recalba a las playas y con cada carreta y sus correspondientes bueyes le traia unos reyes ajenos y olvidadizos a mis hemanitos y muchos otros amiguitos del barrio.



Nunca vi a un bondadoso ser venir a nos en nombre de nadie. Nuestro dios estaba en nuestros corazones, sin pan sin fé y sin ayuda....solo acompañados con mucha hambre y la persecusión de aquellos que nos gobernaban.



Asi fabriqué pequeñas guitarras, jueguitos de muebles para las niñas, y caballitos con la cabeza que yo tallaba, clavada a un palo como los de las escobas y con dos ruedas que tenian muy poco de redondas pero que en su imperfección algo como ovoide, al subir y bajar le alegrabal al pequeño jinetico su carrera.



Asi muchos niños del barrio aún hoy me quieren. Y según creci y los años `pasaron me converti en el "tio" de muchos.



Mas de tres cuartos de siglo, nueve decenios me adornan en este 19 de diciembre del año 2009, en que Maria Luisa y yo cumplimos cincuenta años de casados y la familia entera ayuda con los adornos del arbolito y por cada rincón y esquina se esconden paquetitos de regalos entrecruzados de unos para otros.



¿Qué haces tanto tiempo junto al cristal de esa ventana, Abuelito?



Me miro, hija.

¿Te miras...? Abuelito, pero si ese nos es un espejo....mira, tu estás...(señalando su sien con un dedito, le da vueltas), tu estás "Cu-Cu", loquito. Jaja.



Si, mi amor; si estoy un poquito loco....



Si, tal vez estoy algo más que un poquito loco, pués he tomado un pedazo de tuvo plástico de una pulgada, le puse una "liga", una banda estirada de goma y me he puesto a soplarla, como cuando no era niño.



Y de pronto en mi insano pensamiento me invadió el olor penetrante del carbón de mangle que haciamos para ganar el medrugo, porque mis padres eran carboneros y las mancha rojas y naranjas y violetas del mangle rojo, el magle amarillo y el patabán eran nuestras materias primas en la fabricación de los mismos. Y eran el negro polvillo que respirábamos por doquier y eran los cujes de mangle, las pencas de guano cana, o las yaguas de la palma nuestros techos y paredes y eran dias y noches siempre iguales y en la mesa hecha de palos del monte y atados con bejucos de tibisi, si los encontrábamos, nuestro vivir....



Y cuando me mandaban a la tienda del pueblo a comprar algunos pobres "mandados", me distraia un poco en el camino, mirando tal vez alguna mesa callejera de vender pan con lechón, o alguna de las casas mas lujosas relucientes con luches de colores y venados de alambres torcidos y jugueticos de cuerdas y oia decir que unos reyes venian y le traian a los niños ricos esas cosas, por se habian portado bien...



Yo nunca he preguntado, lo que muchos si:



¿Por qué los Reyes Magos, Santa Claus y ningunop de esos que entran por las chimeneas de las casa, con lo estrechas que son, nunca entras en las casa de guano, donde no hay cerrojos y las puertas siempre están abiertas?



Mis ojos de nuevo se perdieron en la distancia, mientras en el cerebro sonaba un estribillo de campanillas de voces infantiles...

y a mis labios brotó esta vez un a pregunta...



¿Por Qué?



grfc2009

viernes, 18 de diciembre de 2009

MI PASAJERO HARAPIENTO

MI PASAJERO HARAPIENTO






Me miró fijo a los ojos; los suyos eran penetrantes, prero tristes. Y nunca antes habia yo visto ojos tristes brillar detrás de una generosa sonrisa.

La puerta de mi camión pemanecia abierta. Para él la abrí. ¿No temes, hermano que te ensucie el auto? ...estoy tan andrajoso...



¿No estámos esperándole, el asiento y yo?



Por aquella carretera transitaban muchos autos, todo tipo de vehiculos; desde lujosos coches convertibles hasta camiones de las mas onerosas de las cargas. Pero nadie paraba. Al fin y al cabo, ¿por y para quién detenerse? la distancia hasta el próximo poblado es mucha, la necesidad comercial de cumplir ciertos itinerarios, la insensibilidad a lo que en nuestro pasajero entorno vemos y, hasta el riesgo de sufrir un asalto a que se expone uno por esos caminos de dios...no; a cada quien con su propia carga.



Yo mismo debia ser un poco mas precavido, pero yo soy asi; y luego dicen que las experiencias enseñan. Tal vez eso sea cierto. Yo no sé; yo vivo sin cuidados de ese tipo. Pese a que ya una vez, hace muchos años, en una carretera de Texas, por recoger a una pobre mujer embarazada en una carretera, fui asaltado, dos dias rodando por la cuneta donde me tiraron, robado y con un puñal en el costado. Debia haber aprendido a no recoger caminantes...

...no sé, no me he preocupado nunca y ni apenas lo recuerdo.

Pero, ¿por qué me preguntáis si aún me duelen las costillas?



Oh, nada, nada, simple curiosidad, crei que el manejar cansaba.. no me haga caso.



Un poco mirando hacia mi lado derecho (precisamente, por donde me apuñalaron aquella vez), y al espejo retrovisor, me iba haciendo una imágen de este pobre hombre. Puro harapos eran sus ropas y sus chancletas hace mucho tiempo que dejaron sus suelas por esos caminos de dios. Pero, he aqui un detalle curioso, este hombre no emitiá mal olor alguno.



¡Hum! Curioso. Sus ojos, fijos en el horizonte allá alante, parecia orar en silencio... pero sus labios no denotaban movimiento alguno. Tuve deseos de hablarle para romper la monotonia del atardecer, pero no tuve valor de perturbar su silenciosa expresión de estar aqui, y muy lejos al mismo tiempo.



¿ Querias decirme algo?



No, -le mentí.



Nada, no me molesta, es mas; me alegra que me hagais preguntas.



No sé cuanto tiempo en el espacio de cien kilómetros a alta velocidad recorrí ese dia, porque ayer, hoy y mañana se juntaron en una cadena sin aparentes eslabones de hojas y flores de una historia que mas pareciera que asistia yo a un cinematógrafo que una conversación entre dos personas ajenas y recién conocidas.



Sus palabras no me daban la impresión de salir de sus labios, pero dentro de mi cerebro cada punto y cada coma sonaban con brillante tintinear de campanilla infantil...al tiempo que, con madurez de rigor.



Nunca me dijo donde queria ir. Tampoco yo se lo pregunté. Y cuando hubimos llegado a aquella ciudad, donde yo nunca habia ido, y cuando fuí a sacar el mapa para ver la dirección a que debia yo llevar mi misión real, mi carga, con su mano izquierda detuvo la mia, como si adivinara mis intenciones y con voz gentil, me dijo: Te queda a unas siete cuadras a la derecha, en la última puerta, al final de la avenida que en forma de cuchillo muere alli.



¿Es usted camionero? ¿O, trabaja alli...? ¿Cómo sabe...?



No; solo que he pasado muchas veces por esos caminos. Y he visto muchos de estos vehiculos llegar hasta alli.



¡¿Oh?!



Un no muy disimulado escalofrio me recorrió los brazos.



No; no soy un inspector disfrazado de mendigo, no; soy solo yo...



No tuve valor de abrir mi boca.



Alli, ese lugar es tu destino; pero para entrar has de ir hasta la otra esquina, virar en redondo y entrar hasta el sótano al regreso.



Confieso que acostumbro a andar solo por las carreteras distantes sin que me asombren ni asusten los encuentros ni las incidencias del camino....pero, este hombre sucio, de cabellos hirsutos, de ropajes infinitamente harapientos, que, por otra parte, no emite esos malos olores que asociamos con el sudor acumulado tras dias sin ducharse en el cuerpo de una persona.

Este hombre que sabe a cada momento cada cosa que he de hacer o decir...



¿Qué y quién es este pobre hombre?



Por favor, me dijo, -déjame en esa esquina.



Cuando se hubo apeado de mi vehiculo se volteó para enfrentarse a mi por mi ventana, y yo crei que me iba a ofrecer su mano en señal de gratitud, pero no, no lo hizo. Solo se detuvo, me miró fijo a los ojos y de nuevo, sin mover los labios, en mi cerebro le oi claramente decirme.



Esa carga de juguetes y adornos de papel de lindos coloridos que lleváis ahi atrás, va a dar un poco de alegria pasajera a chicos y grandes durante tres dias....



Asi parace ser....traté de decir... pero me cortó sin detenerse.



...pero el traerme a mi hasta aqui, a pesar del estado de mis ropas, el recogerme en el camino a pesar de haber sufrido alguna vez la maldad por servir a tus semejantes, constituye el regalo mejor que me han hecho en esta Navidad...



Y se alejó antes que yo responder palabra alguna pudiera.



Y llegada la noche de Navidad, esa noche en que sentados a la mesa, mi familia y yo nos disponiamos a compartir esos manjares que hasta los mas pobres de la tierra tratamos de compartir en honor a la bondad, nuestras vidas comenzaron a cambiar. No sé por que razón, yo que nunca les cuento a mis hijos las peripecias de mi trabajo de chofer de camiones

grandes que recorren el pais transportando varios tipos de mercancias, comencé a contarles el encuentro con este pobre mendigo harapiento que no tenia mal olor....

pero, por dios, algún olor tendria, papá, ¿no?



El olor de los turrones, cerdo, pavo y vino, de pronto se tornó en mirra e incienso, y todos lo notaron...



Mi esposa algo asustada propuso, vamos recemos un "Padre Nuestro".



Y de pronto, sin que nadie le quitara el cerrojo, la puerta se abrió de par en par y por ella penetraron unos seres angelicales cargados de instrumentos, liras, harpas, violines...



Millares de luciérnagas flotaron sobre nuestras sorprendidas

frentes y en medio de una melodia que elevaba nuestros espiritus al no sé donde, el pobre mendigo tomando una copa de vino de la mano de mi hija menor, que se la ofrecia, nos dijo

pausadamente:



Mientras haya en la tierra un hombre de buena voluntad, yo estaré con vosotros.



Y de pronto las luces todas se apagaron por un instante.



Luego, al volver la luz, la puerta estaba cerrada, alli solo estábamos los miembros de la familia, confundidos pero de algún modo serenos.



Y en el centro de la mesa, en lugar de una serie de oropeles comerciales con que hace apenas un instante teniamos decorada la cena, habia sentado un crucifijo pequeño, pero tosco, como hecho por la mano de un artesano sin herramientas filosas. Y en el diminuto pedestal del mismo habia tallada una palabra breve, pero significativa: "¡Luz!"



Nuestras manos encadenadas alrededor de la mesa, y nuestras cabezas bajas humildemente pronunciamos a coro.

¡Amén!



DonGilberto

EL ULTIMO GEMIDO

EL Ultimo Gemido




El joven piloto recién se habia casado con la chica que siempre, desde los primeros grados de la escuela, soñaba un dia conquistar; pero tuvo que partir porque su barco tenia un itinerario de pasaje muy definido...quince dias redondos cada viaje.



"Perdona amor mio, que me aleje tan pronto de ti, pero tengo que cumplir órdenes..."



Un beso, un adios lánguido y sentido, una puerta que se cierra y un taxi que esperaba sale raudo para el puerto.



Dos dias de navegación, unas averias en uno de los motores y el regreso forzado al puerto de origen.



¡Ah, que buena dicha la mia!

Alegre como un chico con juguete nuevo corrió hasta la punta del muelle, buscando en la oscuridad de la media noche un taxi, casi a ciegas.



El guardián del muelle compadecido llamó por teléfono y le hizo llegar un taxi.



Chofer, por favor, qusiera comprar unas flores...



Claro, señor; ya le llevo a una floreria que puede que esté abierta a esta hora.



Un ramo de rosas bien rojas, que se ven acariciadas de pronto. Un hombre feliz, un chofer que se goza en ver la alegria anticipante de su pasajero.



Propina generosa después del pago y a correr escaleras arriba.



Suavemente introdujo la llave en la cerradura para no hacer ruido.

No voy a despertarla hasta que sea con un beso, se dijo. Penetró en la sala, habiéndose quitado los zapatos, se quitó la corbata y la chaqueta.



¿Pero....? ¿Qué es ese ruido que viene de mi cuarto...? ...dos voces...gemidos que aumentan por segundos, un chillido...(¿?)



De un tirón abrió la puerta de su dormitorio. ¿¡No; Tú!?

¿Cómo has podido?



Un sollozo, un disparo, dos, un último gemido....



...después solo el gotear de sangre y lágrimas quebrában el silencio.



Mientras por la ventana se colaba una ténue melodia que parecia la lejana queja de un violín, o tal vez el llamado de la tierra.



Recogió las rosas del piso, se acercó a la cama, los miró silente por un largo y silencioso momento, tomó el crucifijo que colgaba sobre la cabecera de la cama y lo depositó entre los dos cuerpos desnudos, y depositó después las rosas sobre el pecho de ella.



Y solo el ladrido distante de algún perro guardián perturbó después el silencio de la oscuridad que le envolvió al ausentarse.



Edited by Don Gilberto, One minute ago.

martes, 15 de diciembre de 2009

DE MARINEROS Y FILOSOFIA

DE FILOSOFIA Y MARINEROS.




Por Gilberto Rodriguez



Cuando entramos por la boca del puerto de San Juan de Terranova (Saint John's, Newfoundland), el oleaje estaba bastante fuerte y la niebla esporádicamente cubria el ambiente con apenas algunos claros que se formaban al romper las montañas de agua contra los arrecifes. La cadena y red de acero que protegian la profunda entrada habian sido arriadas a unos sesenta pies de profundidad porque los siete barcos que venian en nuestro grupo estaban muy cargados.



Cuando apenas el tercer barco pasaba comienzan las alarmas a sonar desde la garita artillada dentro de un tunel que habian cavado en la enorme pared de roca viva. Desde alli la vista del puerto interior y la costa exterior eran dominadas por sendos cañones y un sinfin de otras armas. Las sirenas de la ciudad comenzaron a sonar cual manada de lobos aulladores en medio de la noche...aunque era pleno dia. El invierno ya se hacia patente. Tal parece que un submarino alemán, aprovechando la oportunidad de que un carguero portugués, con su gigantesca bandera de latón del largo de la popa, y lleno de luchas mas que un árbol de navidad`para mostrar que era una nave de pais neutral, tataba de escapar de la bahia, donde en la noche anterior habia causado enormes estragos.



Muy a la callandita, para no causar el pánico entre la población que, dicho sea de paso, ese era el pan de cada dia, vigilaban sin poder atacarlo al pez de acero que habia logrado penetrar las defensas y hundir ya tres barcos, a izquierda y derecha de la bahia, desde el centro mismo, sin que los nuestros pudieran hacer un solo disparo de un lado o del otro. Todos pensamos que los alemanes estaban ansiosos por escapar de aquel encierro, pero los nazis por su parte atrapados en su propia osadia, ya no tenian mucho que perder. La cosa para ellos era de morir tratando de escapar, morir por falta de combustible y alimentos, o morir peleando en la superficie. Rendirse no parecia ser su intención. Y de nuestro lado seguian llegando barcos, ora solos, ora en pequeños grupos. Armas, petroleo, maderas, tanques...ropa, medicinas...y cerveza.



Seis o siete dias en Saint John nos dieron un respiro. Por la noches nadie podia vender cerveza en los negocios públicos. PERO, buenos cristianos que son y éramos nosotros, cada noche la propia policia nos guiaba hacia la iglesia, donde vendia en el sótano, un litro de cerveza clara por un dólar americano o uno con diez canadiense...y como beber en la via pública era delito y pecado, la propia policia nos aconsejaba esconder de ellos las verdes botellonas dentro de los largos abrigo y beberloas a hurtadillas por las orillas del mar y debajo de los trenes del ferrocarril cercano a los muelles. ¡Y que rica es la cerveza bien fria al aire libre en invierno!



94 naves no era el más grande de nuestros convoyes, pero era un cuantiosos número a la hora de protegerlos flotando en zig zag, a cuatro nudos por hora. Dos destructores y cuatro corvetas formaron nuestro círculo de protección a los que acompañaba un buque "especial" de resuélvelo todo.



El barco que yo tripulaba, que por que andábamos en la marina estadounidense cortos de personal, requeria un poquito mas de cada tripulante que lo usual. Asi que yo fungia durante el dia de contramaeste auxiliar y de noche de timonel al cargo del puente y personal. Tambien en combate y maniobras fuera de puerto, al timón. Al asignarnos las posiciones dentro de la formación del convoy, nuestro capitán, un fornido irlandés de Georgia con una gran corazón y una vasta sabiduria, escogió el último puesto de la derecha, al final de todos...Me anticipo a decirles que muchos creian que el viejo estaba loco al solicitar el puesto que mas peligro ofrecia. Mr Guerry simplemente sonreia.



Y una media noche de sabado a domingo comenzamos a desfilar por la profunda y violenta entrada de Saint John hacia algún lugar desconocido para nosotros. El U-Boat alemán, que no habia podido escapar aún, se conviritió de pronto en preocupación. ¿Escapó por debajo de nuestros barcos...? Conjeturas silentes. No olvidemos que en la guerra no se puede hablar de guerra, de enemigo, de batalla ni de muertos. Cada uno ha de guardarse sus secretos y sus temores para si mismo.

Y eso es bueno; el miedo repartido aumenta y todos tocan a más.



Por delante, Groenlandia, Islandia, Azores, ¿Por dónde vamos?



Al zigzaguear solo navegando en las direcciones que a cada media hora mas o menos el destructor de la avanzada nos indique, capitanes, pilotos y timoneles tenemos que andar muy activos y con los ojos muy abiertos. No Humo, No radio, De luces, solo las de señales para guiar el convoy o advertir de peligros. Agua y alimentos racionados. Nuevo entrenamiento a todas las tripulaciones sobre como poner la ropa junto a la cama para vestirse más rápido. Una vida ajena y sin embargo profunda. Hora de leér, si tienes la calma para ello. Y si no la tienes, entonces puedes hacerte sospechoso de ser un espia, o constituyes un peligro por cobardia. Cuidate muchacho, aqui la vida es una nuvecilla de invierno...ahora aqui, mañana desvanecida sin rumbo ni huella. Piensa en lo que amas y llénate con ello el alma. Hoy la muerte es tu compañera, mientras acostado a su lado piensas en la otra hembra: La Victoria, que ella le da el pase a La Vida.



Tres dias cansones, frios, mojados, grises, noche, dia, dia noche... El paisaje es un valle ancho, con su fondo gris verdoso

cuyas olas semejan un área arada brusamente, hecha en la pedregosa llanura móvil de una isla en el espacio sideral. El gris predomia a veces. Por estribor nor pasa a veces alguna de las corvatas de escolta. No saludes, por favor...



De pronto al segundo dia, uno de los destructores es llamado a una emergencia por algún lugar hacia el oeste. La noticia logra traspasar un radio que el capitán cuidaba muy bien en su dormitorio...uno de nuestros barcos, sin que nadie lo notara durante la noche anterior sufrió una averia en la máquina, se que quedó a la deriva y los hundieron hace unas pocas horas.



"El Submarino logró escapar de Saint John".

"U-Boat desde Groenlandia..."



Los silenciosos comentarios nos ponian los pelos de punta. No hay nada mas grave ni más cruel que lo que sufre un marino cuando está navegando y oye la noticia del hundimiento de otro barco. En el alma del marino surgen dos emociones, dos sentimientos, dos debates cerebrales. Temor y esperanza, dolor y ansiedad optimista, y deseos de escapar de alli al tiemo que de llegar a puerto y olvidar. Hay que echar velas, vivir, ganar el pan. Las realidades oprimen a veces las fibras de la existencia misma del hombre...



Ahora nos toca a nosotros. Viajamos a 4 nudos y en zigzag que nos reduce aún más la distancia real que recorremos. Un submarino alemán puede simplemente alcanzarnos ya en dos a tres dias, cuando más lento que ande. Nadie lo decia. Todos lo pensábamos.



Esa noche, allá como a las dos y cuarto, yo estaba de guardia al timón y el segundo piloto, Jack Ferguson, que estaba cayéndose de sueño, me pedia que le diera convarsación para poder seguir de pie ( ¡Imagínese usted, a mi, pedirme que hable; a mi, que hay que callarme porque hablo más que las proverbial cotorra.) Yo le contaba en ese momento como se cultivaba el café en las sierra orientales cubanas y cuanto de alli se les vende a los marineros americanos en la Base de Caimanera, cuando el capitán llega al puente.



¿Qué, algo nuevo capitán?

No, no puedo dormir.

Yo, al contrario me caigo de sueño, Skipper...

Ande, váyase a dormir un rato. Una hora. Yo me quedo acá.

¿Seguro que no le molesta, capitán..?

Ferguson....una hora, Ya.

Ok, gracias Skipper. Y se fué a descansar el piloto. Buen capitán este Mr. Guerry.



Capitán Guerry, sir; usted sabe que yo le miro a usted con los ojos no de un subalterno sino, con los de una aprendiz. Si no lo considera usted una indiscreción, le puedo preguntar por qué escogió usted esta posición, última de la derecha y por qu´si la distrubución de las posiciones son de un carácter tan delicado, ha logrado usted esta última, a la zaga del ala derecha.



"Estribor, "Quartermaster", me corrigió.



Es muy simple. Yo soy de formación militar. Yo, como tú has visto, leo mucho, y las formaciones militares de la historia me subyugan. Y esto no es ajeno a las experiencias de luchas entre hombres, inclusive, dentro de la Biblia misma. Nosotros estamos navegando como sabes, norte por este. Africa está muy lejos de nosotros por el momento.



Groenlandia y todos los malditos rincones desde donde puede un submarino venir a atacarnos, están al oeste, o sea a babor y por allá alante. Luego, por simple ley lógica, la nuestra es la posición menos alcanzable para el capitán del subamarino que necesita cazar la más fácil presa. Muchos capitanes no entienden eso.



Por mi mente ahora desfilaba una situación distinta. Habiendo logrado que mi jefe me hiciera el honor de darme una lección, se me hacia harto dificil seguirle haciendo preguntas...mas, no fué necesario. Tanto como yo disfrutaba de aprender, Peter V. Guerry se gozaba en su capacidad de buen profesor sin una cátedra...que bien podia y debia ocupar.



Un poquito de preocupación para nosotros pudiera ser este "maverick" que tenemos por la popa, aunque tiene por necesidad que mantenerse un poco a babor del convoy, por si tiene que escapar a un ataque concertado. Claro, que con la poca escolta que tenemos una o dos corbetas es lo mas que se le podian envia a su caza sin desprotegernos a todos los otros....ahora mismo ese destroyer que se alejó en busca de sobrevivientes nos puede costar mas vidas que las que puede rescatar alli. Pero no podemos abandonar a un solo hombre mientras haya posibilidades.



Pasa la hora y el piloto regresa al puente ya refrescado. Todo, salvo las olas y el viento, parece estar en calma. Mr Ferguson me dijo, como tu eres el cafetero aqui, si cuelas un poco te relevo en el timón mientras llega la otra guardia. Buena idea, añadió el capitán.



Me fui al "mess hall", colé café, y les llevaba una cafetera, azucar y crema cuando repentinamente de las aguas revuela un bola de fuego, el barco se sacude por todas parte como si se saliera fuera del mar, me caigo pero, no dejé caer el café y subia al puente cargado del néctar negro de los dioses blancos.

La alarmas chillaban, los anteojos eran pocos, la rueda del timón giraba y regiraba a la velocidad del trueno.



Yo puse la cafetera sobre lo que pimero que pude y corri a tomar el timón de las manos del piloto. Sereno en medio del momento, Mr. Guerry se sirvió café, y nos sirvió dos tazas al piloto y a mi, mientras impartia órdenes por doquier.



El tercer piloto, un viejo de origen holandés, y el primer oficial, subieron al puente y se reunieron con el capitán. Eran cerca de las cuatro. Mi turno de guardia tocaba su fin, pero yo era el timonel designado en operaciones, combates y amuellaje...pero tambien, escasos de personal que andábamos, fungi de contramaste por gran parte del tiempo. Si, me lo pagaban extra. Dinero habia y mucho. Eso no era problema.



Inspecciones, carreras luces de señales, anteojos al granel, los buque de escolta corriendo a reventar sus máquinas, y todas las armas desefundadas al tiempo que las bombas de profundidad caian al agua a granel por todas partes.



Y aclaró en dia. Nuestras averias aparentemente era solo leves.

Pero la figura de tres tonos gris del buque cuya posición era delante de nosotros, ahora estaba vacia. ..es decir, casi, vacia.

El barco escoraba rápidamente hacia estribor y perdia control de la dirección.



Fuertes olas batian al barco herido y, fuerte y dificil por un momento era para nosotros mantenera nuestra posición en la formación oficial del convoy evitar al mismo tiempo embestir por la popa o ser chocado por alguna parte del costado nuestro por el otro barco ya sin control. Y el avance continuaba.



Los botes cargados de tripulantes trataban de abandonar su barco que ahora habia estallado en llamas. Y habia un poco de claridad en el ambiente.



De la corbeta más cercana nos llega la órden mediante luces.

Recójan ustedes a los supervivientes. Cuidado. El submarino está muy cerca de ustedes...



Bonita nos la han puesto, comentó un marino, no sé quien.

Muchos de los tripulantes del barco herido nunca fueron visto. Los que tuvieron suerte y tiempo tomaron los botes, pero no todos. Luego, al tratar de acercarse al costado de nuestro barco, según avanzabamos, aunque casi sin movimiento, las olas les hacian muy dificil y le vapuleaban inmisericordemente.



El primer oficial me dijo deja el timón y ven conmigo a cubierta. Toda la tripulación corria en una u otra dirección, yo hablo aqui de mi parte solamente, pero alli hubo muchos héroes silentes, que dios es testigo.



Escalas, chalecos, lucecillas, sangre, miedos, gritos, rugido de las olas...el hombre y la naturaleza en lucha por destruirse todos y salvar los pocos. Cuando ya casi se nos escapaba por la popa, del agua revuelta surge una lucecita bastante cerca de la hélice de nuestro barco, en su diminuto pestañear.



"¡Hombre al agua.!" ¨"¡Man Overboard!



"¡Help, I´m wounded, please, help me!"

"Ayúdenme, estoy herido; por favor, ayúdenme!"



Yo no sé que ley decide cuanto vale una vida; una vida, un hombre.

Yo dejé de pensar en lo que hacia y me lancé al mar.

Y de pronto, ya en el agua y al lado del herido, veo a un fornido mulato de Curazao que tambien ha saltado al mar.



"¿Heresford, qué haces tú aqui?"

"Same as you man:" "Hombre, lo mismo que tu."



Mientras tanto miembros de nuestra tripulación, habiendo sacado a todos los marinos que acababan de escapar de su propio barco, con una de aquellas embarcaciones, a la ocasión, motorizada, y otra lancha de otro barco acudieron a sacarnos de agua. Entre el curazaleño y yo teniamos sujetándolos a dos hombres heridos ahora. Su lancha levantó al primero y a él.

Y mientras lo subien aquél viejo marino, borracho, marhuano, peleón, imposible, a quien yo habia desenrolado de otra barco hacia meses, me grita:



"Cubano, tú me botaste, pero yo tu amigo. God Bless you, man."



¡Por dios, hombre; que el mundo es pequeño!



Cuando mis hombres, al mando de no recuerdo cual de los pilotos ahora, mientras yo le sostenia la cabeza fuera del agua, y su cuerpo se me hacia más dificil sostener, otro marinero se echa al agua para ayudarme y de pronto me dice:



"¡Contramaestre, este hombre no tiene piernas!"



Tiburón o torpedo, las piernas habia sido cortadas a la altura de sus genitales...Pero estaba vivo aún.



Y no teniamos un médico abordo, ni habia froma de aplicar un torniquete para contener la poca sangre que quedaba al infeliz en su cuerpo. Y aún se desmayaba ese hombre.



Si salimos vivos de esta, ¿Que le decimos a tu familia?

Le preguntó uno de los suyos.



Si salen vivos, que ya yo estoy muerto; aprendan a leér a los filósofos y a pensar.

Yo no tengo familia.



Yo lo miraba con mis ojos anegados en sal y agua.

aparentemente habia estado durnmiendo cuando lo sorprendió el ataque, porque solo vestia un pedazo restante del calzoncillo, cortado como las piernas, y una camisilla de esas sin mangas.



En su pecho este pobre marinero, ese pedazo de carne humana que ahora yacia ensangrentado en la cubierta, comida probable para los tiburones ahorita cuando le cosamos la lona alrededor de su cuerpo para echarlo a su "reposo" final, en ese peludo pecho el le hacia honor a sus palabras, en un tatuaje.



"El hombre ha creado a dios a su propia imágen" Xenophanes

DonGilberto


GRF (C) 2009

martes, 8 de diciembre de 2009

SILENCIO AL FIN

SILENCIO AL FIN....


...Sonó
sonó  un disparo...

...se  escuchó un gemido.


...luego la noche maternal
lo cubrió en su nido
con la oscura manta
del sol dormido.