domingo, 15 de noviembre de 2009

DEJA (No estoy solo, estoy conmigo)

Deja, no te preocupes por mi,


Deja que me pierda en el silencio,

Que me hunda en esta esfera de mil silencios,

Yo no sufro.

Sentado aquí, en esta esquina,

La vida pasa al susto.

La oscuridad es siempre luz

Porque siempre la espera.

Solo no estoy, estoy conmigo.



Deja que me resguarde de la brisa

De esa que sopla los errores

Que recuerde aquí al trasluz

Quien me surce la camisa

Quien me eleva,

Quien me alisa los cabellos

Y quien en horas de azucenas

De mi muere de risas.



Aleja tu mirar de mis pobresas

Las horas de partir se acercan solas

Y la miel del existir

No es de tristeza.



Deja que el tranquilo suspirar de horas perdidas

Sueño de pasadas sonrisas solo sean..

Vete de mi lado

Hazte al camino vela en nave

Que a distancias el blanco vean

Los olvidados

Los sin vida.



Yo estoy sereno

Tranquilo estoy,

La noche que me cubre es fiel terreno

Por donde voy,

De donde estoy,

Solo por hoy.



Mañana ha de cantar la nueva aurora,

Las notas del dolor de nueva ausencia,

Y las naves del dolor lejos iran

Buscando del dios a quien adora

Ni pan,

Ni miel,

Solo su esencia

Han de traer hasta esas horas.



Deja que quede, amiga fiel,

Acurrucado aquí en silencio,

No sufro, estoy conmigo

Y las horas bajo el puente de la vida

Pesan menos que las cargas del amor.

El perro que pasa es fiel testigo

De la vida que en pobreza no es pecado

Mas nos muestra lo que es bueno

Y se llena con amor de nuestro amigo,

el silencio que otros temen y yo amo.



Deja que las horas secundarias

Al pensar en mis estrellas,

Brillen allá arriba cuanto quieran,

Sin llegar nunca hasta aquellas.



Cruz del monte es la semilla

Del vivir que aquí nos manda

Deja que se hunda en una manta

De colores, silencios, brisa y zapatillas.

Danza de reliquias cantadoras

Se hagan tus pupilas tan amantes

Porque brinden de sus vidas

Los que tienen, los viandantes,

El néctar mismo de tu aurora.



Y deja que yo duerma en esta piedra,

En este oscuro y sucio suelo

Las horas que me quedan bajo el cielo

Y las notas que me quedan

De tu bella y dulce voz de mil ensueños.

Deja que me muera

Aquí en silencio.

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